Nuevo Pensamiento, Misma Mentira pt 1

Las masas nunca han tenido sed de la verdad. Huyen de las pruebas que no les gustan, prefiriendo deificar el error si éste les seduce.

Gustave Le Bon

La línea entre el genio y la locura es tan fina que a menudo uno se confunde con el otro. Posiblemente es porque la mayoría de los genios valoran su inteligencia por encima de todo lo demás. Cometen el error de creer que su extraordinario intelecto viene desde adentro de ellos mismos. Como si fueran su propia creación. Se encaprichan tanto de sus propias mentes que pierden el rumbo. ¿Para qué necesitas a Dios si eres un genio? Emanuel Swedenborg fue ese tipo de genio.

En el apogeo de la Ilustración, Swedenborg era un científico y filósofo respetado. Un erudito en muchos temas. Su padre, en cambio, fue obispo de la iglesia luterana y un devoto creyente en la Biblia. Tenía poco interés en la ciencia o los logros de su hijo fuera de la fe. Algunos biógrafos de Swedenborg pintan a Jesper Swedenborg como santurrón y jactancioso. Se consideraba un modelo del cristianismo. Un ejemplo a seguir a tal grado que les regaló a cada uno de sus hijos, así como a la biblioteca local, una autobiografía de 1.012 páginas como guía sobre cómo pasar por esta vida.

A diferencia de su padre, Emanuel no podía entregarse completamente a la fe. Tenía muchas preguntas sin respuesta. Se preguntaba por qué los ángeles y Dios se aparecieron a niños y pastores, pero no a los filósofos para que pudieran tomar parte en los asuntos. Quería entender, pero algunas cosas le parecían ilógicas y contradictorias. Durante años, estudió el cerebro y el cuerpo humano en busca del alma. Quería una respuesta científica que satisficiera su intelecto.

Luego, en 1744, a los 56 años de edad, Emanuel Swedenborg comenzó a tener experiencias espirituales. Visiones, viajes astrales y sueños lúcidos. Una noche, mientras estaba cenando en un restaurante, la habitación se oscureció. A través de la oscuridad, vio serpientes y ranas que cubrían el piso. Se sorprendió mucho porque estaba despierto y con la cabeza despejada. Cuando volvió la luz, vio a un hombre sentado al otro lado de la habitación que le dijo que no comiera demasiado. Volvió a oscurecerse, pero pasó rápidamente, y entonces vio que el hombre se había ido. Asustado, corrió a casa.

Más noche, el mismo hombre se le apareció de nuevo. Pero esta vez no tuvo miedo. El hombre le dijo que era el Señor Dios, el Creador del mundo y el Redentor. Le dijo a Swedenborg que había sido elegido para explicar el verdadero sentido de la Biblia, y Él le diría qué escribir. Sus ojos fueron abiertos a la realidad del mundo espiritual y pudo ver el cielo y el infierno. A partir de ese día, abandonó la ciencia para estudiar el mundo espiritual y aprender el significado interior de la Biblia.

Pudo hablar con ángeles y espíritus mientras estaba completamente despierto. Uno de los espíritus fue el apóstol Pablo, a quien el vio como un “personaje malvado.” Según Swedenborg, Pablo era rechazado por los otros apóstoles. Se encontraba en el infierno y se había alineado con el peor de los demonios. Pablo era un hipócrita con una actitud de superioridad y se glorificaba él mismo. Sentía odio por el significado interior de la Biblia, guiando erróneamente a otros a una interpretación literal de las escrituras. También habló con el espíritu de Martín Lutero, quien admitió que había estado equivocado acerca de la salvación por fe solamente.

Así, durante los siguientes veinte años, Swedenborg reveló los mensajes bíblicos ocultos que reformarían el cristianismo y traerían una nueva era de verdad y razón. Escribió miles y miles de páginas, treinta libros en total, a mano, y en latín. Corrigiendo todos los errores de interpretación cometidos por no entender el sentido espiritual de las escrituras. A continuación se presenta un breve resumen de algunas de sus declaraciones teológicas más importantes.

  • En 1744, Dios estableció una Nueva Iglesia para reemplazar al cristianismo.
  • El Juicio Final tuvo lugar en 1757, no en la tierra, sino en el cielo, y la Babilonia fue destruida.
  • La Santa Trinidad no existe como tres seres separados. Dios y Jesús son la misma persona. El Espíritu Santo ni siquiera es una persona. Es una fuerza.
  • Dios / Jesús son humanos. Jesús no nació divino, sino se hizo divino.
  • Solo los Evangelios del Nuevo Testamento y todos menos 10 libros del Antiguo Testamento son divinamente inspirados.
  • Hay tres niveles de significado en la Biblia. El primer nivel es celestial, el segundo es espiritual y el tercer nivel es natural o mundano.
  • La Biblia no debe ser tomada única o principalmente en su sentido literal o natural. Debe leerse en la lengua de correspondencia.
  • Todo en el mundo natural es un reflejo del mundo espiritual.
  • Los pensamientos, sentimientos y actitudes en el mundo natural dan forma a la realidad, y continúan en el mundo espiritual.
  • Todas las religiones conducen a Dios.
  • Creer en Dios y abstenerse de hacer el mal conduce al cielo.
  • Todos los seres humanos están destinados al cielo.
  • Los seres humanos pueden convertirse en ángeles si viven una buena vida, sin importar su religión.
  • Cuantos más ángeles pueblan el cielo, más prospera.
  • Dios no castiga el pecado ni condena a nadie al infierno.
  • El diablo no existe.
  • Vivir una vida de buena voluntad es un reconocimiento de Dios.
  • Las buenas acciones son semejantes a adorar a Dios.
  • La salvación es un proceso de regeneración y reformación. Esto es, ser creado de nuevo a través de la voluntad y el intelecto para transformar al ser natural o mundano en un ser espiritual.
  • Aquellos que terminan en el infierno han elegido voluntariamente el infierno sobre el cielo.
  • Las personas en el infierno pueden tener la vida más feliz posible. Pueden engañar, robar, mentir y permanecer fieles a su naturaleza, pero nunca podrán encontrar gozo.
  • Jesús no fue crucificado como expiación por los pecados de la humanidad, sino que fue la batalla final en contra de Su propia naturaleza maligna.
  • Jesús descendió a la tierra porque, en ese tiempo, el poder del infierno prevalecía sobre el poder del cielo.
  • Jesús no volverá en persona. Las revelaciones que Swedenborg recibió son la Segunda Venida.

Hay una serie de problemas obvios con la doctrina de Swedenborg. Primero que todo, contradice la Biblia y niega el fundamento del cristianismo. Jesús no es un Salvador sino un héroe, un ejemplo a seguir. La regeneración y la reformación es un proceso de iluminación y evolución espiritual que permite a los humanos ascender al cielo. La comprensión de que todas las cosas son una. Luego está la idea de que Dios es la creación. Los humanos también son una creación y, por lo tanto, son iguales a Dios.

La teología de Swedenborg es Esotérica – solo aquellos con ojos espirituales pueden entender el verdadero significado de la Biblia; Gnóstica – la salvación se logra a través del autoconocimiento; Metafísica – revelaciones de la verdad oculta a través de medios sobrenaturales; y Alquímica – la trascendencia, o reformación, de lo natural a lo espiritual. Además, la teología de Swedenborg se alinea con los siete principios herméticos. Como arriba, así abajo. Los pensamientos dan forma a la realidad. La dualidad del mundo físico y espiritual. Causa y efecto, etcétera. Claramente, él tuvo que haber sido influenciado por alguien, o algo, aparte de Jesús y la Biblia.

Cuando Swedenborg tenía quince años, se fue a vivir con su hermana. Su cuñado, Erik Benzelius, pronto le introdujo a la masonería, el rosacrucianismo y la cábala. Según el libro, Swedenborg Rite: The Great Masonic Leaders of the Eighteenth Century, publicado en 1881 por Samuel Beswick, fue iniciado en el rito escocés de la masonería en Lund, Suecia, en 1706. El libro es un homenaje a Swedenborg, quien, en palabras de Beswick, estaba “destinado a convertirse en uno de los más célebres reformadores de la masonería.” 

En Terror Negro Soldados Blancos ‘ Islam, Fascismo y la Nueva Era, autor David Livingstone señala que Swedenborg fue influenciado por las enseñanzas del rabino Samuel Jacob Falk quien “estaba en el centro de una comunidad oculta compuesta por masones, cabalistas, rosacruces, alquimistas y los Hermanos Moravos, un culto sabatino.” Los Moravos fueron una de las primeras denominaciones protestantes en el cristianismo, unos sesenta años antes de Martín Lutero. Sin embargo, en el siglo XVIII, bajo la dirección posterior del conde Nikola Zinzendorf, los Moravos Renovados tomaron la dirección opuesta.

Zinzendorf

Zinzendor era, no tan secretamente, un rosacruz. La investigadora Mishel McCumber lo describe como “un desviado sexual que exigió el control totalitario sobre la vida sexual de sus seguidores.” Él consideraba el sexo como un sacramento, guiándolos en rituales perversos como parte de su adoración. Según la historiadora Marsha Keith Suchard, los extraños ritos sexuales de Zinzendorf influyeron en Swedenborg. Suchard escribió, “Mientras se asociaba con los místicos moravos y judíos en Londres, el Swedenborg de cincuenta y seis años aprendió cómo realizar el matrimonio místico cabalístico dentro de su mente a través de la sublimación de su energía sexual en energía visionaria.”

La clarividencia y las comunicaciones espirituales de Emanuel Swedenborg fueron adquiridas de fuentes que no tenían nada que ver con Dios. Aprendió estas técnicas décadas antes cuando era un estudiante de posgrado. En Emanuel Swedenborg: Agente Secreto en la Tierra y en El Cielo: Jacobitas, Judíos Y Masones en la Suecia Moderna Temprana, Suchard afirma que “La participación de Swedenborg en redes masónicas y rosacruces, en las que se utilizaron técnicas cabalísticas de meditación sobre las escrituras hebreas para lograr estados de clarividencia, visión extática y comunicación espiritual.”

Los talentos de Swedenborg para la clarividencia lo establecieron como un “maestro de inteligencia que sirvió como agente secreto del rey francés, Louis XV, y el pro-francés, pro-Jacobita partido de los “Sombreros” en Suecia.” El objetivo pro-jacobita era devolver la casa de los Estuardo al trono británico y restablecer el catolicismo romano como religión oficial de Inglaterra. Al entrar en estados de trance extático autoinducidos, Swedenborg se provocaba visiones y sueños que luego analizaba, obteniendo así información secreta. La precisión de sus visiones lo convirtieron en un agente valioso.

A medida que Swedenborg profundizó en las técnicas de meditación cabalística y la teosofía sexual, sus visiones se volvieron cada vez más extáticas y eróticas. Los cabalistas y los moravos meditaban sobre Dios como una figura andrógina y sobre los genitales masculinos y femeninos como emanación de lo divino. En este contexto, la teosofía se define como un sistema de misticismo que propone tener relaciones con Dios o espíritus superiores por los cuales se obtiene conocimiento sobrehumano. El punto liminal entre la vigilia y el sueño es el estado hipnagógico. Swedenborg frecuentemente entraba en estados de trance meditativo por horas, incluso días, a la vez. Escribió en su diario que podía tener visiones mientras dormía, estaba despierto, o en algún lugar intermedio.

En el verano de 1744, Swedenborg tuvo lo que parecía ser un colapso mental. El propietario de la casa que alquilaba presenció el episodio y contó que Swedenborg le dijo que él era el Mesías y había venido a ser crucificado por los judíos. Según la investigación de Suchard, Swedenborg había estado sufriendo de una fiebre alta que pudo haber causado epilepsia del lóbulo temporal e inducido un episodio psicótico. Sus síntomas incluían exceso de escritura, hiper-religiosidad, visiones y éxtasis. La suposición es que las visiones de Swedenborg se debieron a cambios sutiles en su cerebro como resultado de las convulsiones.

Aunque las alucinaciones visuales y auditivas son síntomas conocidos de la epilepsia del lóbulo frontal, no explica cómo fue capaz de proporcionar información que de otra manera le hubiera sido desconocida. Además, había estado experimentando con el control de la respiración que lo ponía en trance meditativo desde su temprana adolescencia. Excepto por una breve recaída en 1745, volvió a su ser normal. Según todos los indicios, se le consideraba plenamente funcional y racional. Pero sus detractores tenían una opinión diferente. La mayor parte de los libros de Swedenborg fueron publicados anónimamente fuera de Suecia. Cuando se descubrió su autoría, su cordura fue puesta en tela de juicio, no por ninguna condición mental sino por el contexto de sus escritos.

Dentro de la ortodoxia cristiana, tanto protestante como católica, los escritos de Swedenborg también se encontraron con oposición. Su interpretación de la Biblia fue considerada herejía.  No obstante, también tenía sus partidarios. Su visión espiritual influyó en una variedad de filósofos, artistas y ocultistas por toda Europa. Después de su muerte en 1772, sus devotos seguidores formaron sociedades Swedenborgianas dedicadas a comprender sus ideas. A su vez, estas sociedades se formaron en la Nueva Iglesia, también conocida como la Nueva Jerusalén, establecida en Londres, Inglaterra. Por algunos años se estableció el Rito Swedenborgiano dentro de la masonería, pero finalmente desapareció.

Swedenborg también fue influyente en las Américas. Casi 100 años después de su muerte, la luciferina Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, elogió a Swedenborg como el más grande entre los videntes y místicos modernos. Sin embargo, ella no lo consideraba un adepto. En su opinión, se desvió de la filosofía y la verdad científica debido a su incapacidad para elevarse por encima del cristianismo. Pero quizás también, porque no afirmó a Lucifer como el verdadero Dios. Para Swedenborg, no había ningún ángel caído. Más bien, Lucifer se refiere al orgullo y la arrogancia del hombre y por su autoengrandecimiento. No obstante, sus creencias si influyeron en el Movimiento Teosófico y el posterior Movimiento de la Nueva Era, como también se infiltraron en el cristianismo moderno.

Hoy en día, existen varias denominaciones cristianas basadas en la teología de Swedenborg. Sin embargo, la iglesia mormona, fundada casi cien años después, tiene un número muchísimo mayor de miembros. Además, el nombre de José Smith todavía es ampliamente reconocido, mientras que el de Swedenborg ha sido mayormente olvidado. Cabe mencionar que existen notables similitudes entre el Libro de Mormón y los escritos de Swedenborg. Smith también tuvo visiones y visitas espirituales, y describió tres niveles de cielo. Además, fue Maestro Masón. El punto es que a principios del siglo XIX, el swedenborgianismo ya había cruzado el Atlántico hacia las Américas.

El Movimiento del Nuevo Pensamiento se define como un sistema de creencias metafísicas y espirituales que surgió en el siglo IXX. Aunque no se le atribuye directamente, las enseñanzas de Swedenborg fueron sentaron las bases para la unión del cristianismo con lo oculto. Abrió la puerta a muchas creencias filosóficas y espirituales que se centran en el poder de la mente para curarse a sí misma, tener un efecto sobre el universo, y dar forma a la realidad, entre otras cosas. Debido a que la teología de Swedenborg se asemejaba al budismo, el Movimiento del Nuevo Pensamiento ha sido confundido con el Movimiento de la Nueva Era. Por esta razón, ha sido extremadamente más exitoso y peligroso que la Nueva Era.

En la teología Swedenborgiana, el hombre no nace con alma. Es como un animal. Es solo a través de un proceso de iluminación que puede desarrollar el alma. Esta es la justificación de los ya iluminados que les da el derecho a manipular y controlar las masas ignorantes. Es una filosofía que, en sus diferentes variaciones, ha impregnado la ciencia, la educación, la política, la sociedad y la cultura. La difusión y popularidad de estas ideologías transformadoras han evolucionado a lo largo de los dos últimos siglos, dando lugar a la creciente creencia de que, si acaso Dios existe, no es tan necesario para la humanidad.

La razón por la que esto debería importarte, creas o no en Dios, es que no vives en un mundo secular. Prácticamente todos los que a lo largo de la historia han ocupado puestos de influencia o poder han sido guiados por fuerzas espirituales. O se alinean con Dios o se oponen a Él. Realmente no hay punto medio. Swedenborg pudo haber creído que hablaba con Jesús, pero el único que le susurraba al oído era Satanás.

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