Las sociedades secretas se llaman como tal, no porque se desconoce que existen, sino por la manera encubierta en la que reciben a sus miembros, ritos de iniciación, y el conocimiento que imparten, de acuerdo a como van avanzando en nivel o grado. En general, las sociedades secretas no proclaman ser religiones, sino sociedades fraternales, a los que puede pertenecer cualquier persona de cualquier religión, siempre y cuando son aceptados por tal sociedad.
Toda sociedad secreta tiene sus orígenes en las antiguas religiones místicas. Comparten, hasta el día de hoy, el mismo conocimiento, o gnosis, desde aquellos tiempos en que todos hablaban el mismo lenguaje. No obstante, la división de grupos lingüísticos, la influencia que han tenido sobre todo el mundo ha sido ignorado, sobre todo hoy, a pesar del hecho de que lo han ocultado en plena vista con símbolos, imágenes, frases y practicas que han infiltrado en cada cultura. Esta estrategia ha sido exitosa, en gran medida, porque la mayoría de las personas desconoce los orígenes de lo que ven, repiten y practican y, sin saberlo, participan en la propagación del gnosticismo.
El gnosticismo es un conjunto de herejías, pero de acuerdo a los gnósticos, los verdaderos herejes son los que creen en el Dios de la biblia. Tampoco aceptan a Cristo como Hijo de Dios y rechazan la idea que fue crucificado. Mas bien, para los gnósticos, Jesucristo representa un ideal al que deben aspirar. Esto es lo que llaman la Conciencia Crística, en el sentido de que cualquier persona, con suficiente autoconocimiento, puede elevar su energía para alcanzar una frecuencia vibratoria que lo hará ser como Cristo. En pocas palabras, para ellos Jesús no es mas que un gurú.
En las sociedades secretas el conocimiento impartido es precisamente con el fin de ayudar a sus miembros a lograr la autorrealización, reconocer lo ‘divino’ que hay en ellos mismos y, dicho de manera simple, ser sus propios dioses. Lo que es importante recalcar es que todo conocimiento gnóstico es una perversión y, en gran medida, una inversión completa de lo que dice la biblia. El dios del gnosticismo no es otro que Lucifer, como se verá de acuerdo a sus propios escritos.
La meta del gnosticismo y sus practicantes, formen parte de una sociedad secreta o no, es el adoctrinamiento de las masas de una manera encubierta a través de un condicionamiento paulatino. La sutileza y astucia con la cual han logrado engañar es realmente impresionante. Quienes rechazarían sus ideas, si fueran expuestas de una manera clara y evidente, terminan no solo en ser partícipes, sino también propagadores de las decepciones gnósticas. El conocimiento por sí mismo no es malo. Es lo que se hace con el conocimiento donde surge el problema y somete al hombre a ser dominado si no sabe la verdad.
Siempre que los Israelitas siguieron y obedecieron a Dios, prosperaron, pero cuando se entregaban al panteísmo, eran sometidos por otros pueblos. Desde la Torre de Babel en adelante, quien cambia la verdad por la mentira y da por bueno lo malo, es entregado a su mente reprobada. Es decir, se les permite creer el engaño. Nadie es salvado en contra de su propia voluntad.
Una de las defensas que se argumentan a favor de algunas sociedades secretas son las buenas obras y la caridad que ofrecen, pero no es lo que a la vista de todos lo que está en cuestión. Además, hay que tomar en cuenta lo que Satanás le ofreció a Jesucristo si tan solo se postrara ante él en adoración.
La naturaleza clandestina de las sociedades secretas surgió cuando fueron perseguidas por la iglesia, pero nunca desaparecieron. Cambiaron sus nombres y, aparentemente, sus intereses a prácticas más aceptables. Sin embargo, su fundamento y creencias eran y siguen siendo el gnosticismo.
En las siguientes entradas se trazará una línea clara de una sociedad a otra. Se demostrará, de acuerdo a las palabras de sus propios líderes, lo que pretenden. Mas que eso, debe quedar claro como ha influenciado al hombre en todas las áreas de su vida, lo sepa o no.
Reblogueó esto en Katya.
Me gustaMe gusta