Las Asechanzas del Demonio

Que frustrante es darse cuenta de cuántas personas están dispuestas a caer en el engaño. La facilidad con la que abren puertas sin la menor comprensión de lo que están haciendo asombra y asusta. No es que sean personas malvadas, pero son agentes del mal que participan en su aumento y propagación. Creen que sus buenas intenciones son suficientes para protegerlos de sus malas decisiones, pero se equivocan. No basta con querer ser bueno, hay que hacer el bien y para eso hay que saber la diferencia entre el bien y el mal.

Es difícil para algunas personas entender el verdadero significado del mal. Lo más probable es que sea porque equiparan el mal con actos y comportamientos que tienen la intención de hacer daño. No se les ocurre que el mal también se puede disfrazar como algo bueno y lo hace mucho más difícil de reconocer. De hecho, la mayor parte del mal que ocurre en el mundo se presenta como algo positivo o benéfico, de lo contrario la gente no lo aceptaría tan fácilmente.

Al hablar de las muchas formas en que el mal se infiltra en la vida cotidiana, una respuesta común es, no todo es malo. Por ejemplo, una señora respondió de esta manera cuando se le señaló que su hábito de consultar su horóscopo diario no era una buena idea. Otra dijo lo mismo porque consultaba con brujas blancas para protegerse ella y a su familia. En su mente esto se justifica porque lo hace por amor. Ambas mujeres profesan religiones cristianas.

Si bien estas prácticas son bastante obvias, hay otras que son igualmente de una naturaleza espiritual, pero bien disfrazadas. Dentro de estas se encuentra la terapia psicológica, especialmente en los países latinos, en las cuales prácticas como yoga, reiki, meditación, regresiones, constelaciones familiares, et al, son recomendadas como terapias para el manejo del estrés, la ansiedad, problemas emocionales, familiares, etcétera. De manera que, al parecer, la terapia psicológica se ha convertido en el espiritismo de la gente culta.

Es un tema que ya se ha tratado aquí, pero no está de más repetir las advertencias acerca del peligro que representan, porque ninguna de estas prácticas son técnicas validas dentro de la ciencia de la psicología. De hecho todas se consideran pseudociencia y todas son practicas espirituales, lo cual no parece detener a gente cristiana de asistir. Es más probable que un católico huya de un Testigo de Jehovah que de algo que muy posiblemente pueda abrir puertas espirituales.

Esto no quiere decir que todos los psicólogos se dedican a estas prácticas, ni siquiera forma parte de la educación formal del psicólogo. Al igual que cualquier otra persona, tienen que tomar cursos especiales para aprender estas terapias. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un gran aumento de profesionales de la salud mental que ofrecen estas terapias e incluso imparten sus propios cursos. Nada de esto significa que quienes hagan, recomiendan o enseñan estas prácticas, ni las personas que las usan, son personas malas. Lo más probable que son buenas personas que sinceramente quieren dar y recibir ayuda. No obstante, están sinceramente equivocadas.

Si tienes un grupo y quieres reclutar más miembros, no vas detrás de los que ya están en el grupo, buscas gente nueva. Así es como funciona el mundo espiritual del mal. Al psicópata ya lo tienen. Lo que se busca es introducir a la gente buena al mal, pero de una manera en que es menos probable que lo resista. Para eso es el engaño y endulzan todos los sentidos con promesas falsas. Si lo presentaran como doctrina de demonios, como lo es, no tuvieran tantos adherentes.

Algunas personas creen que al evitar las prácticas tradicionales de la brujería, evitan ser seducidos por el diablo. Se equivocan. También puede ser muy sofisticado y esto no se refiere únicamente al uso popular de la palabra como algo refinado y elegante, sino también en su sentido etimológico. Se deriva del griego sophistikos y es relativo a los sofistas que eran famosos por su capacidad para lo artificioso, lo complejo, y la falta de naturalidad. En pocas palabras engañaban con argumentos y lógica falsos.

La mayoría de la gente va en busca de soluciones para problemas emocionales, mentales, familiares, y también espirituales. Buscan verdades que creen les ha sido ocultadas y que son la verdadera clave de la felicidad y la plenitud. Que es la energía cósmica del universo la que da vida, y que al estar en armonía con esta, trae equilibrio y sanación. Es básicamente una religión de empoderamiento en la cual Dios no es necesario. El hombre se basta por sí mismo.

Desde los años, sesenta cuando las religiones orientales empezaron a ser populares en países cristianos, los valores y la moralidad se fueron perdiendo. Ahora se puede ver plenamente el efecto en los jóvenes. Las imágenes, la música y las películas satánicas abundan, y no es porque sus padres les hayan enseñado nada de eso, pero en puerta abierta, cualquiera puede entrar. ¿Cómo se defiendan si ni siquiera saben qué es el mal?

Para quienes practican o asisten a este tipo de terapias, se comparte este documental español que explica el tema mucho mejor de lo que aquí se pudiera escribir. Terapias Alternas: El Lado Oculto. Es de un canal católico, pero aunque no seas católico, debes verlo y compartirlo con tus seres queridos con la esperanza de que eviten las asechanzas del demonio y comprendan que satanás también hace milagros.

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