La Hipocresía de Karl Marx

Una de las personas más influyentes en el mundo moderno es el escritor, filósofo y economista alemán, Karl Marx. Por mas de ciento setenta años, sus ideas han tenido un gran impacto en el escenario mundial con respecto a la política, la economía y la sociedad. Con sus obras mas conocidas, El Manifiesto Comunista y Das Kapital, quedó establecido como un revolucionario ideológico por sus contemporáneos y hasta la fecha es considerado como una de las figuras mas importantes de la historia.

Aunque el enfoque de este escrito estará en Karl Marx, hombre, es importante dar un resumen muy breve de sus ideas. A groso modo, Marx dijo que una sociedad capitalista conduce a la enajenación de sus ciudadanos, la pérdida de la libertad, la creatividad y el sentido de pertenencia al resto del mundo. La clase trabajadora, el proletariado, enriquece a los dueños de los medios de producción, la burguesía, sin que estos tengan que realizar ninguna labor física. En esta inigualdad de clases, los pobres se vuelven mas pobres, mientras que los ricos se hacen más ricos.

La solución para Marx era el socialismo. Esto es, una sociedad en la cual no hay distinción de clases. El estado debe ser el dueño absoluto de los medios de producción y los ciudadanos comparten tanto el trabajo como los beneficios del mismo. Todos trabajando de acuerdo a su habilidad para producir y compartiendo con los demás de acuerdo a la necesidad de cada uno. En este caso, deja de existir la propiedad privada, por ejemplo, ya que todo es de todos. Según Marx, el conflicto es necesario y la revolución del proletariado dará lugar a la destrucción inminente del capitalismo. Finalmente, la sociedad socialista dará lugar al comunismo, la utopía en la cual ni siquiera el estado será necesario. Los ciudadanos serán los dueños en común de los medios de producción y el fruto de su labor.

Claro está que esto es un resumen muy simplificado de las teorías Marxistas pero, en corto, lo que Karl Marx proponía era básicamente lo siguiente: el derrocamiento absoluto de todas las condiciones sociales, es decir, la familia, la religión, las posesiones personales, incluyendo tierras y herencias y, finalmente, los gobiernos. Este era el paraíso que él visualizaba. Solo que hay un pequeño problema, Marx en ningún momento vivió de acuerdo a sus propios ideales.

El padre de Karl Marx era Herschel Mordechai Levy, un abogado exitoso, que provenía de una larga línea de rabinos. Sin embargo, Herschel no fue particularmente religioso y enfrentado con las actitudes antisemitas de su tiempo, abandonó la religión judía para convertirse en cristiano, cambiando su nombre a Heinrich Marx. También bautizó a sus hijos, entre ellos Moses Mordechai Levy, que a partir de entonces fue conocido como Karl Marx.

Esta no era una práctica tan poco común entre los judíos de aquel tiempo. La familia Bauer, ahora Rothschild, por ejemplo, ya había hecho lo mismo. Se debía en parte a la discriminación que sufrían por el simple hecho de ser judíos. En muchas partes de Europa, eran limitados en cuanto a sus derechos y las posibilidades de lograr el éxito económico. Aunque algunos judíos se convertían al cristianismo por convicción, otros lo hacían por razones prácticas, como lo hizo, al parecer, el padre de Marx.

En el caso de Karl Marx, la religión, cualquier religión, es el “opio de las masas,” sin embargo, su desdén no se limitaba a las religiones organizadas, sino también incluía su desprecio por Dios. En su poema Invocación de un Desesperado, escrito once años antes que El Manifiesto Comunista, Marx dijo: “Entonces un dios me ha arrebatado todo en la maldición y el estante del destino. Todos sus mundos se han ido más allá del recuerdo. Solo me queda venganza. Construiré mi trono en lo alto, frío, tremendo será su cumbre. Por su baluarte, temores supersticiosos. Para su mariscal, la agonía más negra … Entonces podré caminar triunfante, como un dios, a través de las ruinas de su reino. Cada palabra mía es fuego y acción. Mi pecho es igual al del creador. . . Deseo vengarme de Aquel que gobierna arriba.” La opinión de Karl Marx sobre la religión y de Dios mismo sería inconsecuente si no fuera por el hecho de que es la piedra angular en la cual están basadas sus teorías. Curiosamente, la vida y las experiencias de Marx, el hombre, que podrían ayudar a arrojar algo de luz sobre el por qué y cómo llegó a sus conclusiones, se ignoran casi por completo.

La familia de Karl Marx estaba bien económicamente. Su padre tuvo éxito como abogado y su madre también venia de una familia adinerada. Los padres de Marx desearon que estudiara derecho, pero Marx prefirió estudiar filosofía. Se sabe que, durante su carrera universitaria, el padre de Marx lo amonestó por sus gastos excesivos, diciendo que la cantidad que Karl gastaba en un semestre era mayor que la cantidad que gastaba él mismo en un año. Sin embargo, cualquier discusión sobre dinero caía en oídos sordos y, lejos de restringirse, Marx no solo insistía en que se le cubrieran los gastos, se ofendía si no lo hacían. Cuando poco tiempo después falleció el padre de Marx, éste ni siquiera fue a su entierro.

En las mismas palabras de Karl Marx, “Las ideas de los hombres son las emanaciones más directas de su estado material.” Tomando en cuenta que Marx jamás fue empleado en ningún trabajo, como tampoco ocupó un puesto público, es realmente increíble que se la ha dado tanta importancia a sus teorías. Marx se dedicaba a escribir y a gastar dinero, pero no el que se ganaba con su propio esfuerzo. La realidad es que vivía de la grandeza de sus amigos y de préstamos. Su defensa de la clase obrera no era tanto por ellos, sino por él mismo. Después de la muerte de padre, Marx acosaba a su madre, exigiéndole que cubriera sus deudas y le diera dinero, por lo que ella dijo: “Si Karl, en lugar de escribir mucho sobre el capital, hubiera hecho mucho, hubiera sido mucho mejor.”

La familia Marx, Karl, su esposa Jenny y sus hijos, vivieron en condiciones de pobreza y suciedad. De los siete hijos que tuvieron, tres murieron en la niñez y se sospecha que era por las condiciones en que vivían. El mismo Marx fue un hombre enfermizo. Sufrió por muchos años con furúnculos y se atribuye a su falta de higiene, ya que no le gustaba bañarse. Marx tenia un odio particular por los prestamistas porque siempre estaba endeudado con ellos. En ocasiones, no podía salir de su casa porque era necesario empeñar sus pantalones para poder comer y solo tenia un par. El economista tan venerado por el mundo fue un pésimo administrador con sus propias finanzas.

Una de las mas grandes quejas de Marx hacia el capitalismo era que los burgueses no le pagaban a sus trabajadores, o al menos, no lo suficiente para vivir dignamente. Sin embargo, Marx no practicaba lo que predicaba. Conseguía pedía fiado, al carnicero, lechero, panadero, etcétera, y no pagaba sus deudas. En más de una ocasión, él y su familia, fueron arrojados a la calle, con sus paupérrimas pertinencias, por no pagar su renta. Lo peor del caso, es que Marx si recibía dinero. A muchos se le olvida que los escritos de Karl Marx también fueron obra de su amigo y benefactor, Friedrich Engels. De hecho, de no ser por Engels, quien lo mantuvo hasta el día de su muerte, Marx quizás hubiera vivido en aun peores condiciones.

La gran ironía es que Friedrich Engels provenía de una familia rica, dueños de una fábrica textil muy exitosa. Eran parte de la burguesía y el sistema capitalista que tanto criticaban Engels y Marx, no obstante, ninguno de los dos tuvo problema alguno para vivir de ella. Por otra parte, aunque también reprochaba las condiciones de las fábricas, aparentemente Marx jamás se aprovechó la oportunidad de visitar una fabrica en persona, ni siquiera la de su amigo. Pero quizás la peor hipocresía de Marx fue el hecho de que tuvo una sirviente, Helene Demuth, a la que le decían Lenchen, que atendió a toda la familia, pero jamás recibió un cinco de parte de Marx. Y si por eso fuera poco, también tuvo un hijo con ella, al que jamás reconoció e inclusive trató de convencer a su esposa Jenny que el niño era de Engels. Siempre fiel a su amigo, Engels aceptó participar en el engaño, pero, de cualquier forma, el niño fue dado en adopción.

Sin excepción, en donde quiera que se ha puesto en práctica las teorías marxistas, la vida empeora grandemente para los ciudadanos. Uno de los primeros lideres mundiales en poner en practica el comunismo fue Vladimir Lenin, seguido por Joseph Stalin y en China fue Mao Tse Tung. Tan solo entre la Unión Soviética y China, mas de cien millones de personas murieron bajo el régimen comunista. No hay libertad en el socialismo ni el comunismo, como tampoco hay creatividad ni democracia, como decía Marx. Lo único que ofrecen son la opresión, la pobreza y la hambruna. ¿Como es posible que en pleno siglo XXI, después de ver lo ocurrido en Rusia, China, Vietnam, Corea del Norte, Cuba y ahora Venezuela, ¿todavía sean tan populares las teorías de Marx? Posiblemente, es precisamente porque no se habla del hombre, sino únicamente de sus ideas.

La filosofía comunista de Marx ni siquiera era original. En 1776, el grupo de los Iluminati de Bavaria ya pregonaban las mismas ideas. De hecho, ahora se sabe que Karl Marx recibió dinero de parte de Nathan Rothschild con el fin de que propagara estas ideas a los intelectuales del mundo. Además, al parecer, Marx y Rothschild eran parientes. Hubiera podido vivir mucho mejor, si hubiera querido. Hubiera podido trabajar, si hubiera querido. Karl Marx tuvo su familia en la pobreza por gusto, porque si recibía dinero, pero se lo gastaba en el mismo.

Separando al hombre de sus teorías y enfocándose solo en su comportamiento y actitudes, es imposible no concluir que Karl Marx era un hombre narcisista con un gran sentido de merecimiento y, como todos los narcisistas, era un hipócrita. El mas enajenado era él mismo, por su propia conducta abusiva. Cuando falleció su madre, dejó mas dinero de lo que había recibido a sus hijos. Sin embargo, la mayor parte de lo que le correspondía a Karl, fue entregado a su tío político, y fundador de Philips Electronics, León Philips, como pago por los prestamos que éste le había hecho.

Las ideas de Marx no están basadas en datos reales. Por mas tiempo que pasó en el sótano de la biblioteca, jamás encontró pruebas contundentes que apoyaran sus teorías. Aun así, hay ciertas verdades que no se pueden ignorar. De que hay inigualdad, es cierto y de que existe la pobreza, es indudable, pero independientemente si se está a favor del capitalismo o el comunismo, el sistema no es el punto de partida, sino el hombre mismo.

El bienestar de toda persona y su prójimo depende de la moralidad de los mismos. Si solo se está pensando en lo que se va a recibir y no en lo que se puede aportar, ¿cómo no va a haber inigualdad? ¿Quién nos garantiza que el estado verá por nuestro bien individual? Si cada quien recibe de acuerdo a su necesidad, ¿quién decide lo que cada uno necesitamos? ¿Por qué hacerle caso a Karl Marx que se sentía merecedor y quería recibir a manos llenas cuando ni siquiera veía por el bien de su familia? Peor aún, ¿por qué hacerle caso a un hombre, cuyas teorías dieron lugar a las peores atrocidades a nombre de la igualdad? La única igualdad que se da en países socialistas o comunistas es la pobreza y el hambre de los ciudadanos, pero los dictadores viven bastante bien.

Los defensores de Marx lo eximen de toda culpa. Algunos dicen que Marx no es responsable por los actos de personas como Lenin o Stalin, pero si siguieron las teorías de Marx al pie de la letra, ¿cómo es que no tiene responsabilidad? Otros le echan la culpa a Engels, ya que éste terminó los últimos dos tomos de Das Kapital después de la muerte de Marx. Al parecer, ninguna buena acción queda sin castigo. Estos son los mismos defensores que están listos para señalar las inconsistencias, hipocresías y mentiras de un religioso, pero tratándose de Marx, tienen una memoria muy selectiva. ¿Por qué no exponerlo tal y como fue y dejar que cada quien decida si lo quieren creer o no? Marx jamás vivió en un país socialista ni comunista, así que nunca sufrió el resultado de sus propias ideas. Como dijo su propia madre, hubiera sido mejor que hiciera capital que escribir acerca de ello.

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