Después de ser expulsados del Jardín del Edén por su desobediencia, Adán y Eva comenzaron sus vidas como seres mortales. Atrás quedaron los días de su inocencia, cuando todo les fue dado y lo único que experimentaron era amor, porque ahora conocían el mal. Sin embargo, no iban desprotegidos al mundo porque llevaban el conocimiento que Dios les había dado para sobrevivir y prosperar. Estas son las Siete Ciencias Sagradas:
- Gramática: para aprender a hablar y escribir correctamente
- Retórica: para expresarse de forma correcta
- Dialéctica; para descubrir la verdad mediante el razonamiento y la argumentación
- Aritmética: para el computo de los números
- Geometría: para medir todas las cosas;
- Música: para el canto y los instrumentos
- Astronomía: para conocer el curso de los planetas y las estrellas.
Cuando Dios castigó a Eva, le dijo que aumentaría sus dolores de parto, por lo que se puede concluir que la procreación del hombre estaba en los planes del Creador desde un principio, pero Adán y Eva no tuvieron hijos hasta después de su salida del Jardín de Edén.
Caín, el primer hijo, cultivaba la tierra mientras que su hermano Abel atendía el rebaño. La biblia no cuenta gran cosa acerca de estos dos hermanos, pero, lo que sí dice deja ver que ellos tenían comunicación directa con Dios. En cierta ocasión ambos hermanos decidieron hacer una ofrenda a Dios. Caín ofreció de lo que daba la tierra y Abel dio de sus ovejas. Lo que ofreció Abel fue del agrado del Señor, pero no fue así con la ofrenda de Caín, por lo que este se llenó de enojo. Al verlo, Dios le preguntó por qué se enojaba y ponía mala cara, diciéndole que si él hiciera lo bueno, pudiera tener su cara en alto, pero, como no hacía lo bueno el pecado estaba esperando dominarlo.
Lejos de recapacitar, Caín le dijo a su hermano que lo siguiera al campo donde, lleno de ira y envidia, lo mató. Después cuando Dios le preguntó a Caín por su hermano, éste le respondió que no sabía y preguntó si acaso era el guardián de su hermano. Dios, sabiendo lo sucedido, le dijo a Caín que la sangre de Abel, derramada en la tierra, le gritaba pidiendo justicia. Entonces castigó a Caín expulsándolo del lugar donde mató a su hermano pero, a diferencia de sus padres, lo maldijo diciendo que vagaría por el mundo sin encontrar descanso.
Caín solo se preocupó por su propio bienestar y dijo que cualquiera que lo encontrara en su andar querría matarlo. Entonces Dios le puso una marca para que nadie lo tocara y si lo hicieran, sería castigado siete veces y con eso Caín se fue la tierra de sus padres.
La biblia no dice por qué a Dios le desagradó la ofrenda de Caín, pero en el libro Antigüedades de los Judíos, el historiador Flavio Josefo cuenta que lo que Abel ofreció fue de lo que producían las ovejas por naturaleza, mientras que Caín forzó la tierra con la división de las raíces. Es decir, manipulaba la naturaleza.
Cuando Adán y Eva pecaron, sintieron culpa, temor y avergüenza y, puesto que no se sabe que hayan vuelto a pecar o desagradar a Dios, se puede concluir que se arrepintieron de su error. Caín, en cambio, mintió sin reparo alguno y se mostró arrogante, soberbio y sin remordimiento. En ningún momento pidió perdón, solo pidió protección por su vida.
Nuevamente, Flavio Josefo proporciona detalles, que no se ofrecen en la biblia, acerca de Caín y toda su descendencia, en contraste con Seth, el hijo que tuvieron Adán y Eva después de la muerte de Abel. La maldad de Caín solo incrementó y se entregó cuerpo y alma al hedonismo y la lujuria. Creció su avaricia e inclusive les enseñó la astucia y la artimaña a otros y es Caín quien creó las medidas y las pesas con el fin de sacar provecho a los demás.
Toda la descendencia de Caín se volvió depravada y, en ausencia de Dios, crearon sus propios dioses, ritos y ceremonias para su adoración. La biblia solo menciona siete generaciones de Caín de las cuales no sobrevivió ninguna. Lamec, de la sexta generación, se convierte en el segundo asesino en la historia, además de ser el primer polígamo. Uno de sus hijos, Tubal-Caín, un herrero, posteriormente es consagrado por la Masonería como un hermano de la antigüedad.
Aunque no perdura la descendencia de Caín, dejaronn su huella de maldad y depravación en el resto de la historia humana. Una guerra entre el bien y el mal que afecta a todas las personas sobre la tierra en el pasado, el presente y el futuro.
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