Supón que cinco de tus amigos te platican acerca de una serie que vieron en la televisión. Cada uno de ellos te relata lo que consideran relevante de acuerdo a su propia interpretación. En algunos puntos concuerdan, pero en muchos otros difieren enormemente y te piden que tu determines quién tiene la razón. Sabes un poco acerca de la trama y reconoces algunos de los personajes mencionados porque has visto los anuncios, pero nunca has visto el programa. ¿Cómo vas a poder determinar quién tiene la razón sobre algo que nunca has visto con tus propios ojos?

Esto es exactamente lo que ocurre con respecto a la ciencia, la historia, la filosofía, la política, los gobiernos, la economía, la religión, etcétera. Todos los días se le pide al público tomar decisiones sobre temas de los cuales saben muy poco en base a centenares de opiniones sin saber quién dice la verdad. Educados o no, la mayoría de la gente obtiene su información de las redes sociales, donde se nada entre la verdad y la mentira, y los noticieros que generalmente son pura mentira.

Lo que presentan al público no es un reportaje de hechos dirigidos al intelecto, sino opiniones dirigidas a las emociones. No presentan una historia completa, ni un contexto amplio. Cambian algunos detalles y omiten otras. Señalan estadísticas sesgadas, y en algunos casos completamente falsas, sin el más mínimo remordimiento por las consecuencias. Encontrar la verdad entre las mentiras que cuentan es como buscar una aguja en un pajar.

Entre sus mentiras está el querer hacer creer a la gente que ciertos movimientos son más populares de loque realmente son. Un buen ejemplo de esto es lo que ha ocurrido con Disney que ha estado perdiendo suscritores, tanto a su canal Disney+ como en sus parques de diversión, por la imposición de la ideología LGTBQ dirigido a niños menores. Hace poco anuncio que la nueva película de Toy Story incluirá un beso homosexual. Esto casi al mismo tiempo que más de 100 personas, incluyendo al menos cuatro empleados de Disney, fueron arrestados en Florida por tráfico humano, pornografía de menores y pedofilia.

Netflix también se encuentra en la misma situación con una caída espectacular de suscritores, que la plataforma asegura es a causa de la guerra en Ucrania, y nada que ver con su programación. Películas y series con temas de ocultismo e ideologías progresistas como el transgenerismo entre otros. También cuentan con documentales acerca de eventos históricos y crímenes reales que no cuentan más que una verdad parcial. El mejor ejemplo de esto es el documental recién estrenado acerca del cómico inglés, Jimmy Savile.

Durante décadas, Savile fue admirado no sólo por el público en general, sino también por miembros de la Familia Real, políticos de alto rango y celebridades, tanto por sus programas de televisión como por sus obras de caridad. Un hombre extraño pero bondadoso que trabajó incansablemente para mejorar la vida de millones de personas.  Cuando murió, toda Inglaterra estuvo de luto hasta que se dieron cuenta, un año después, que el hombre que adoraron en realidad había sido un monstruo.

Siempre hubo una leve sospecha acerca la predilección del cómico por las jovencitas e inclusive le preguntaron al respecto en varias entrevistas, pero siempre lo tornaba en una broma. En muchas ocasiones Savile mismo decía que era un peligro para las jovencitas y que las colegialas le tenían miedo, pero el público lo tomaba como la comedia de un personaje excéntrico y locuaz sin sospechar que lo que les estaba diciendo era verdad. Después de su muerte, Savile fue acusado de abuso y violación por no menos de 450 víctimas. Niños de ambos sexos, adolescentes y adultos entre los 5 y 75 años de edad cuando ocurrieron los eventos, e incluyen algunos con enfermedades mentales y otros con parálisis. 

El documental revela muchos detalles acerca de la vida de Jimmy Savile, pero lo que llama la atención es lo que omite, como las acusaciones de necrofilia y satanismo. Una enfermera del hospital, donde el cómico prestaba sus servicios como voluntario, reportó que Savile le dijo que intervenía con los cadáveres en actos sexuales y se tomaba fotografías con ellos. También le dijo que robaba ojos de vidrio con los que se hacía anillos. En 1995, una mujer le dijo a su psicoterapeuta que había sido violada por Savile 20 años antes como parte de una misa negra, cuando ella tenía 16 años. Posteriormente, otra víctima contó una historia semejante a la misma terapeuta. A la edad de 21 años, fue violada por varios hombres, incluyendo a Savile, también durante una misa negra. Aunque las dos estuvieron en la misma institución, no se conocían ni estuvieron allí en el mismo tiempo, ambas dijeron que escucharon a Savile rendir tributo a Satanás. La psicoterapeuta le reportó a la policía lo que le habían relatado sus pacientes, pero no resultó en nada.

Se puede atribuir la impunidad de Savile a varios factores. La popularidad del cómico, la incredulidad de que alguien tan admirado pudiera ser capaz de cometer actos tan malvados, el temor de las víctimas de enfrentar alguien con tanto poder e influencia, y sobre todo la falta de evidencia contundente. Pero lo cierto es que Jimmy Savile mismo daba la mejor evidencia. Lo decía una y otra vez, de manera velada, entre bromas y tonterías, pero prácticamente nadie lo tomaba en serio. Era un hombre invisible a plena vista.

La pregunta necesaria es, ¿por qué omitieron las acusaciones de satanismo y necrofilia? Si hay una plataforma que no se asusta de este tipo de temas, es Netflix. Así haya sido por decisión de los productores del documental, ¿cuál es el caso de ocultarlo? Además, ¿por qué no dijeron abiertamente que Jimmy Savile fue un psicópata narcisista, porque claramente lo fue? El mismo lo decía, cuando aseguraba que no tenía sentimientos. Cuando decía que él era completamente libre porque no estaba atado por ninguna regla. Y también lo decía con la falta de culpa, vergüenza o remordimientos por más de cincuenta años.

¿Por qué hicieron tanto hincapié en que era católico? Una cosa es lo que se dice ser y otra cosa lo que se es. Se refería a Dios como el Maestro y a Jesucristo como el Gobernador, que sería más propio de la masonería que a cualquier religión cristiana y Savile no era un católico y mucho menos un cristiano. No se trata de defender a la iglesia católica, que también ha encubierto muchos crímenes de pederastia, pero en este caso la policía resulta ser más sospechosa que los clérigos.

¿Por qué es que en muchísimos casos que presentan claros indicios de influencia satánica, se omite ese detalle? Eso ha ocurrido en casos de pederastia y en muchos casos de asesinos en serie en varias partes del mundo, pero nunca se reporta eso al público. ¿Por qué no? ¿Qué es lo que temen, que la gente vaya a creer que realmente existe el diablo? Probablemente, porque de creer en un diablo, hay que creer en un Dios.

En una entrevista Savile dijo que los criminalmente insanos no violaban la ley porque eran criminales, sino porque estaban poseídos. Como un supuesto católico, tendría al menos un conocimiento básico acerca de la posesión demoniaca. O, quizás lo decía porque tenía un conocimiento más íntimo y más profundo del asunto. Para decirlo de una manera clara, es posible que el mismo Savile era un poseso, pero de la única manera que hubiera podido comulgar es que si fue un poseso perfecto. Es lo único que explica su habilidad de mantenerse invisible durante tantísimos años, manteniendo a millones de personas en una especie de hechizo, que sólo se rompió cuando falleció.

Una verdad parcial no es ninguna verdad. Aceptar lo que presentan en las noticias, las redes sociales, las escuelas, o inclusive las iglesias, sin investigar por uno mismo ya es cosa de peligro. Los demonios se hacen pasar por santos y nadie sabe la diferencia. Si un cómico logró mantener engañada por medio siglo a una nación de 60 millones de personas con puras estupideces y un poco de dinero, ¿qué no podrán hacer los de lenguaje intelectual y científica, con billones de dólares y acceso a todo el mundo?

Aportan la información de una manera tan enredosa y complicada precisamente para evitar que investigues y aceptes lo que ellos dicen como la verdad. Quieren que tomes decisiones respecto a tu salud, tu libertad, tu gobierno, tu futuro, en base a verdades parciales y mentiras. Así como las obras de caridad de Jimmy Savile no fueron más que un acceso a cientos de víctimas, las soluciones que proponen para los problemas del mundo, que ellos mismos han creado, tienen como su único fin tu esclavitud. 

Ten cuidado que no te engañen. Aprende a reconocer los demonios vestidos de santos y la mentira disfrazada como verdad.

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