Después del Diluvio

La lluvia duró cuarenta días, pero pasó un año hasta que Noé y su familia pudieron abandonar el arca. Noé dio gracias a Dios por haberlos salvado y Dios hizo un pacto con Noé y toda su descendencia prometiendo que jamás volvería a destruir la tierra con agua y que después de cada lluvia mandaría un arcoíris como señal de ese pacto con el hombre. También les dio todo cuanto había sobre la tierra diciéndoles que, así como les había dado las plantas para alimentarse, ahora les daba los animales, los peces del mar y las aves del cielo. Todo cuanto vivía y se movía era del hombre.

La biblia cuenta que un día, después de trabajar la tierra, Noé se emborrachó y estando dormido en la tienda que era su hogar, llegó su hijo Cam y ‘lo vio desnudo’. Cam fue y les contó a sus hermanos Jafet y Sem quienes entraron a la tienda para taparlo, volteando sus caras para no verlo. Cuando Noé despertó y se dio cuenta de lo que había hecho Cam, fue tanto su enojo que maldijo a Canaan. Se desconoce exactamente qué fue lo que le hizo Cam a su padre, todos concuerdan que lo deshonró y eso fue la causa de la maldición.

La instrucción que Dios les dio fue que se dispersaran y poblaran la tierra, sin embargo, al paso del tiempo se quedaron en un área relativamente concentrada que hoy se conoce como Mesopotamia, formado en gran parte por el reino de Babilonia que se componía de ocho pueblos, siendo la tierra de Canaan uno de ellos.

Mil años habían pasado entre la salida de Adán y Eva del Jardín del Edén, el diluvio y la destrucción de todo lo que había en la tierra. Sin embargo, a pesar del nuevo inicio, en tan solo doscientos años la maldad volvió a la tierra y una vez más había gigantes sobre la tierra.

No se sabe a ciencia cierta cómo es que volvieron a aparecer los gigantes, pero los ángeles no mueren, el hombre si y, puesto que los Nefilim eran mitad ángel y mitad hombre, la muerte corporal no significa la muerte espiritual para los Nefilim. Los ángeles que se rebelaron en contra de Dios fueron enviados a Tártaro, la palabra griega para infierno, y los espíritus de los Nefilim son los demonios que vagan por la tierra.  

Los gigantes postdiluvianos surgieron de la tierra de Canaan pero, aunque eran de un tamaño formidable, no eran tan grandes como sus ancestros los Nefilim, pero si eran iguales de perversos.

Giants1

La biblia menciona varias razas de gigantes como los Refaim, Giborim, Anakim, Zumim, Horim, etcétera,  y posteriormente los Filisteos de donde provenía Goliat, para solo mencionar algunos, y de nuevo tenían dominado a los hombres. Se calcula que para esos tiempos tenían más de dos mil dioses a los que adoraban, incluyendo a Baal a quien se consideraba el más grande enemigo del Dios.

Los hijos de Cam fueron Canaan, Fut, Mizraim y Cus, este último era padre de Nimrod, el Rey de Babilonia. Nimrod, era un cazador muy fuerte y conquistó muchas tierras que lo llevaron a ser el primer hombre poderoso sobre la tierra y por un tiempo fue bueno. Sin embargo, no se mantuvo fiel a Dios y empezó a adorar a otros dioses paganos, incluyendo Baal, convirtiéndose en enemigo profeso de Dios.

Nimrod se llenó de maldad y un día decidió construir una torre con el fin de subir al cielo y derrocar a Dios de su trono y su propia apoteosis, es decir, elevarse al nivel de Dios. Al ver lo que pretendían, Dios fiel a lo que le prometió a Noé, no los destruyó sino los confundió en sus lenguas. Hasta entonces todos hablaban el mismo lenguaje, pero a partir de entonces, cada tribu tuvo su propio idioma. Como ya no podían comunicarse entre sí, se dispersaron por el mundo, estableciendo sus nuevos pueblos.

Los hijos de Jafet establecieron los pueblos indoeuropeos, como Grecia, China, India, Macedonia, etcétera. Los hijos de Cam se establecieron en lo que es África y otros pueblos árabes, entre ellos Mizraim, que es el nombre arameo de Egipto y nombre de un nieto de Cam. De los hijos de Sem,  se establecieron los Semitas que posteriormente fueron los Israelitas, luego los judíos y la línea de donde nace Jesucristo.

Muchos de los pueblos de Babilonia fueron habitados por los Refaim, et al, y es solo hasta el reino del Rey David que los gigantes son físicamente borrados de la tierra. Desde la época de la torre de Babel hasta su destrucción final, los gigantes habitaron en todos los continentes de la tierra y es también la razón por la cual cada cultura tiene su mitología sobre los gigantes. Sin embargo, no son simples historias. Se han encontrado restos de los gigantes en todos los continentes, además de construcciones inexplicables como las pirámides de Egipto y México; los muros y túneles de Cusco y Sacsayhuamán, Perú; Tiahuanaco, Bolivia; templos megalíticos en Malta; y piedras megalíticas en Inglaterra y Japón, por solo mencionar unos cuantos.

Los gigantes antes y después del diluvio, y sus progenitores los ángeles caídos, dejaron una huella más allá de la evidencia física. El conocimiento torcido que le dieron a los hombres es evidente en el mundo moderno. La confusión de lenguas no borró sus conocimientos y se llevaron consigo sus dioses paganos, encantaciones, hechicerías, brujerías y practicas abominables a cada continente, cada nación y cada cultura que continua hasta el día de hoy.

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