Los Masones en América
Por más de doscientos años, los Estados Unidos de América ha sido un modelo de libertad, progreso y prosperidad. Ha sido una fuerza política dominante y su impacto global es indiscutible. Desde un principio, los Estados Unidos ha sido conocida como una nación basado en principios cristianos, sin embargo, existe un trasfondo esotérico que muchas personas desconocen.
Las evidencias de influencia masónica son innegables, desde sus monumentos y la ubicación de los mismos, el gran sello de la nación y el trazo de las calles en la capital de Washington, D.C. en las que se aprecian la formación de símbolos masónicos que sólo se pueden ver desde una vista aérea. Un pentagrama con sus puntos estratégicos, un búho, símbolo de la sabiduría, una escuadra y un compás.
Es la reconstrucción de templos paganos del mundo antiguo con el fin de revivir el poder de los dioses antiguos, puestos en lugares estratégicos, para formar símbolos que son necesarios para la hechicería de alto nivel. La página web de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos confirma que todas las estructuras están dedicadas a todos los antiguos dioses paganos.
El monumento de Washington es el obelisco más grande del mundo. Mide 6666 pulgadas de alto y cada lado de su base es de 666 pulgadas. Es un generador alquímico para sustraer del inframundo a la semilla de Osiris. Su cónyuge Isis está representada por el domo en la rotunda del edificio capitolio de Washington, D.C., en línea directa al monumento de Washington. Dentro del domo, qué fue dedicado a George Washington 72 años después de la firma de la declaración de independencia, tiene 72 pentagramas, el mismo número de demonios que de acuerdo a los masones tenía bajo su control el Rey Salomón, también representa los 72 conspiradores qué le ayudaron a Set matar a su hermano Osiris y los 72 nombres de Dios según la Cábala.
Cada inauguración presidencial en los Estados Unidos es una recreación de la inauguración faraones del Egipto antiguo. Mientras que el presidente electo está parado debajo del domo mirando hacia el obelisco, esperando tomar su protesta, en la sede principal del Rito Escocés de Masones de 33 grados, el más popular en las Américas, se conduce el levantamiento de Osiris, (Apolo) en espera del día en que tomará el cuerpo de un hombre y dará nacimiento a la era dorada pagana.
Dentro del domo está pintada la apoteosis de Washington, en la cual George
Washington asciende al cielo, con tres mujeres a su lado que representan victoria,
fama y gloria. También está rodeado por 13 mujeres que representan las 13 colonias,
además de figuras entre los cuales están los dioses Mercurio, Minerva y Neptuno,
entre otros. La apoteosis representa la ascensión de George Washington, es
decir, deja de ser un hombre para convertirse en un dios, en Osiris.
El billete de un dólar de los Estados Unidos tiene mucha simbología, sobre todo en el lado reverso. La pirámide con el ojo que todo lo ve, símbolo del ojo de Horus, en la piedra angular despegada de la base. Para los masones, la pirámide representa la construcción, la gran obra para llegar al arquitecto del universo.
Si se dibuja un pentagrama sobre la pirámide, los puntos señalan las letras m, a, s, o, n. La pirámide tiene 13 niveles y 72 ladrillos. En el gran sello de los Estados Unidos, tiene 13 flechas, 13 hojas, 13 frutos y 13 estrellas. Las palabras E Pluribus Unim tiene 13 letras y significa de los muchos, uno. Supuestamente representa las 13 colonias originales, pero debemos recordar que Isis solo encontró 13 pedazos del cuerpo mutilado de su esposo. Las palabras Annuit Coeptis significan aprueba nuestro comienzo, mientras que las palabras Novus Ordo Seclorem significan Nuevo Orden Mundial. El símbolo mas oculto se encuentra en el lado derecho del billete. Un pequeño búho, el búho de Minerva, en la parte superior del lado derecho, que solo se puede ver con la ayuda de una lupa.
La Estatua de Libertad originalmente se conocía como La Libertad que Ilumina el Mundo, fue un regalo de los masones del Gran Oriente a sus hermanos masones en los Estados Unidos, y fue diseñado por un masón francés. La estatua está sentada en una base en la forma de una estrella de 11 puntos. Dentro de lo oculto, los números 3, 6, 9, 11, 13 y sus múltiples, son sagrados. En el abecedario inglés, el numero 11 corresponde con la letra K. En el misticismo judío, tanto la estrella de 11 puntos, como el numero 11, son representaciones de maldad o espíritus malignos impuros.
Lo que pocas personas saben es que es, en realidad, una estatua de Isis, que, para los griegos, es la diosa de diez mil nombres, unos de los cuales es Hécate, aquella diosa asociada con los fantasmas, espíritus impuros, los muertos, la hechicería y la celebración de Samhain o Halloween. Isis/Hécate es la diosa que guarda Nueva York, la capital financiera del mundo.
De acuerdo a los masones, los Estados Unidos de América tiene un destino secreto, es la tierra donde todos los caminos conducen a Dios, E Pluribus Unem. Sin embargo, el dios de los masones, y de hecho todos los gnósticos, no es el Dios cristiano, sino el Gran Arquitecto del Universo. El Novus Ordo Seclorem se refiere a un sistema global en el cual la meta es construir un reino luciferino en el que el anticristo tomará las riendas del mundo. Según notables ocultistas del pasado, América será el cumplimiento de la antigua y esotérica profecía y la cuna oscura qué hará guerra en contra de los santos.
Entre las sociedades secretas que mas influencia han tenido sobre los Estados Unidos están los masones, los rosacruces y el Ordo Templi Orientis o, el Orden de Templarios del Oriente. La meta de estas sociedades secretas es la unificación ecuménica, es decir, la globalización, en la cual no habrá fronteras entre las diferentes naciones.
El místico y filosofo gnóstico, George Ivanovich Gurdjieff, usó la palabra legominismo para describir la practica oculta de encubrir la verdad dentro de textos superficiales o símbolos en el arte. Es una manera de hacer entrar en el inconsciente del hombre algo que probablemente no aceptaría de manera consciente. Sin embargo, en la actualidad, lo que antes se ocultaba, hoy se hace a la luz del día. La religión Wicca es la de mayor crecimiento en los Estados Unidos y, en los últimos años, la iglesia de Satanás ha logrado situar varias estatuas de Baphomet en diferentes estados, argumentado la libertad de religión. En el 2016 se instaló una recreación del Arco de Baal, el dios de Canaán, en Nueva York y desde 2018 también en Washington, D.C.
Ahora, el simbolismo masónico, gnóstico y satánico es ubicuo en el cine, la televisión, la música y la literatura, donde se encuentran una multitud de temas esotéricas y símbolos como pirámides, el ojo que todo lo ve, numerología sagrada y brujería. Aparecen también en caricaturas para niños, incluyendo las de Disney, en las cuales la gran mayoría maneja temas de magia y brujas. De hecho, hay la sospecha que Walt Disney fue un masón y existe en el parque de Disneylandia en Anaheim, un lugar muy exclusivo que se llama Club 33, número curioso, donde la membrecía puede costar hasta cien mil dólares.
Nada de lo que ocurre hoy es por casualidad, ni es nuevo. Todo tiene sus inicios en la antigüedad, en Babilonia, Canaán y Egipto. Siglo tras siglo, han estado guiando la sociedad, la cultura, la política, la ciencia y la educación hacia lo que hoy vemos en tiempo real, el regreso a las religiones antiguas – la adoración de los animales, la tierra, los arboles y la naturaleza por encima del hombre, que no es más que un ser ignorante al que le falta ser iluminado para poder alcanzar la salvación y su propia apoteosis. Todo esto ante nuestros propios ojos, no solo sin protesta, sino con nuestra plena aprobación y apoyo, todo en nombre del progreso, la igualdad y la libertad.
Lo que se deja de ver es que ese progreso que se promueve es en realidad una regresión al paganismo, a la Babilonia antigua. No habrá igualdad ni libertad alguna, porque para los masones, y todos los gnósticos, las personas son ovejas que deben ser controladas porque les falta sabiduría. Como lo dijo Manly P. Hall, autor canadiense sobre el ocultismo, la mitología, las religiones y el historiador mas venerado por los masones, “El verdadero adepto e iniciado no revelará su identidad a ningún hombre al menos que sea digno de recibirla.” Pero ¿quiénes son los que deciden quien es digno y quién no?
La gran mayoría de las personas de los Estados Unidos, y de hecho el mundo entero, no son masones, sino gente creyente. ¿Cómo es entonces que un grupo relativamente tan pequeño, en comparación a la población, ha logrado tener tanta influencia sobre esta nación y, por ende, el mundo? Se ha logrado porque nos han condicionado como perros pavlovianos a aceptar todo lo que nos presentan sin cuestionar y sin comprender realmente su significado, su origen, ni su verdadero propósito final.
¿Si su finalidad realmente fuera iluminar el mundo y llevarla hacia la verdad, por qué aún se sigue haciendo de una manera tan oculta, mientras al mismo tiempo aseguran que el Dios de la biblia ha engañado a toda la humanidad? ¿Por qué no dicen abiertamente quien es su dios, el Gran Arquitecto, Lucifer, así como lo presentan en sus libros más sagrados? ¿Por qué debe jurar que jamás revelará, bajo pena de muerte, los secretos de los masones? Todo lo que se ha descubierto con respecto a las sociedades secretas, sus doctrinas y creencias, ha sido revelado por personas que las abandonaron y retomaron la fe cristiana.
Es mas que evidente que ha habido un engaño a lo largo de la historia del mundo, pero es de cada quien decidir departe de qué o de quién. No obstante, considera lo siguiente – no es Dios quien imita a Satanás, es Satanás quien imita a Dios. No es Dios quien quiere ser Lucifer, es Lucifer quien quiere ser Dios.

