“Hoy en día, la mayoría de las personas buenas tienen miedo de ser buenas. ¡Se esfuerzan por tener una mente abierta y tolerante! Está de moda ser tolerante, pero mayormente tolerante con el mal.”
Lady Queenborough (Edith Starr Miller) Teocracia Oculta, 1933

De acuerdo a las estadísticas, el budismo es la cuarta religión más grande del mundo con más de quinientos millones de seguidores. Generalmente se considera una religión de no violencia, de compasión y paz. Instituye prácticas como la concientización (mindfulness) y la contemplación como un camino hacia la iluminación. Gran parte de su atractivo es que, a diferencia de otras religiones como el cristianismo, permite la práctica de la espiritualidad sin necesidad de una religión o creencia en un Dios Creador. El objetivo final del budismo es el fin de todo sufrimiento según las enseñanzas de Gautama Buda.
Según cuenta la historia, Buda estaba destinado a la grandeza. Fue concebido en un sueño que tuvo su madre, Maya, con un elefante blanco que descendió del cielo y entró en su útero, lo cual indicaba que tendría un hijo puro y poderoso. Cuando dio a luz, fue sin dolor. Tuvo una visión en la cual los dioses Brahman e Indra sacaron al niño de su costado. Su padre, el rey Suddhodana, lo llamó Siddhartha, que significa realizado. Luego, le pidió una profecía a un vidente brahmán quien le dijo que su hijo sería rey, gobernante del mundo entero, o un buda. Pocos días después, la reina Maya murió. El niño fue criado por la hermana de su madre quien también era esposa del rey.
Siddhartha fue criado en el lujo del palacio. Su padre lo resguardó del conocimiento del dolor y el sufrimiento. Cuando tenía 29 años decidió salir a andar fuera de los muros del palacio. En la primera salida vio a un anciano senil. La segunda vez vio a un hombre enfermo. La tercera vez que salió vio a familiares afligidos tras un cortejo fúnebre. Lo que presenció lo horrorizó, al darse cuenta de que él también podría enfermarse, que envejecería y algún día moriría. Podría perder a las personas que amaba y todo lo que valoraba en su vida, su ropa fina, sus joyas, sus caballos, podría perderse en cualquier momento. En su cuarta salida, conoció a un asceta que se veía muy pacífico. Le preguntó por qué parecía estar tan contento. El asceta le contestó que seguía un camino de reflexión y desapego reconociendo que el mundo y sus trampas eran una ilusión.
Siddhartha se preguntó que su vida palaciega era una ilusión. Entonces, decidió ir en busca de la libertad al sufrimiento causado por un ciclo infinito de nacimiento, muerte y renacimiento. A la media noche, abandonó el lujo del palacio, a su padre, a su esposa y a su pequeño hijo. Vestido con la ropa de un asceta salió en busca de la iluminación. Pensó que la manera de liberar el dolor era a través de la disciplina física. Mortificaba su cuerpo, contenía la respiración y ayunaba casi hasta el punto de morir. Sin embargo, Siddhartha se dio cuenta de que la austeridad extrema era tan mala como una vida de lujo. Entonces, aceptó una taza de la leche que le ofreció una niña. Luego se sentó debajo de un árbol y se puso a meditar.
Allí, bajo el árbol, pasó una noche oscura atacado por el demonio Mara, cuyo nombre significa destrucción y representa las pasiones que engañan al hombre. Mara envió ejércitos de monstruos para atacarlo y cuando eso no funcionó, envió a su hija para seducirlo. Pero nada de eso tocó a Siddhartha. Permaneció en meditación. Finalmente, Mara declaró que la iluminación le pertenecía por derecho y le preguntó quien sería su testigo. Entonces, Siddhartha tocó la tierra y la tierra respondió, yo seré tu testigo, y mientras la estrella de la mañana se elevaba en el cielo, Siddhartha alcanzó la iluminación y el nirvana. Se convirtió en Buda.
Dicen que Buda podría haber permanecido en el nirvana, pero decidió regresar para liberar al mundo del sufrimiento enseñando los Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Camino hacia la iluminación. De acuerdo a Buda, la vida es sufrimiento y la causa del sufrir es el deseo. Para alejarse del deseo y el sufrimiento hay elegir el camino óctuple. Esto consiste en tener una perspectiva, intención, palabra, conducta, medio de vida, esfuerzo, atención y concentración perfecta. Quien no lo hace está encadenado a su karma y destinado al ciclo infinito de renacimiento. Cuando sus discipulos le preguntaron cómo era el nirvana, Buda respondió que no se podía imaginar, por lo que especular era inútil. A la fecha, realmente no hay una explicacion satisfactoria de lo que es el nirvana. Algunos budistas se limitan a definir la palabra, cuyo significado es extinguir la llama. Otros dicen que es un estado entre la existencia y la no-existencia y la liberación de todas las preocupaciones, miedos, ignorancia y engaños. Pero, al parecer, solamente los que han alcanzado la iluminación y el nirvana pueden saber realmetne que significa.
Esto es lo que popularmente se conoce sobre el budismo. La mayoría de la gente no se da cuenta de que hay algo mucho más oscuro. La ocultista satánica Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica y madre del movimiento de la nueva era, fue quien introdujo las creencias hindú/budistas al occidente a mediados del siglo XVIII. Sin embargo, fue su sucesora, Alice Bailey, quien realmente la integración cultural y aceptación de estas ideologías no cristianas. Esto es, lograr que la Nueva Era formara parte de la vida cotidiana normal y que sus oponentes (cristianos) parecieran “fuera de sincronización”. En los años sesenta y setenta, el pacifismo budista cayó como anillo al dedo a la generación hippie cuyo mantra era haz el amor, no la guerra. Cuando, en 1989, el Dalai Lama ganó el Premio Nobel de la Paz, lo elevo a la categoría de celebridad y es un hombre admirado a nivel mundial.

Sin embargo, contrario a su imagen, el budismo no es la religión de paz y amor que pretenden que sea. En el 2021, el padre Federico Juan Highton publicó el libro, Tinieblas Tibetanas, del Yoga al Mandala y el Femicidio Ritual. Desde la introducción del libro, el padre la llama una religión demoniaca y demencial, la cual, con toda honestidad, parecía un poco exagerado. Sin embargo, después de leerlo, queda claro que no exageró en lo absoluto. Es por excelencia una doctrina de demonios. Cuando el padre Highton escribe que no es un libro apto para todos los adultos, no se equivoca. Veinte paginas al día eran suficientes para revolver el estómago. Solo se puede imaginar cómo se sintió el autor al escribirlo.
Según señala el padre Highton, el budismo niega a Dios, niega la realidad, niega al prójimo y niega al yo. Es sumamente complejo y contradictorio. Sus dioses son demonios a los cuales hay que apaciguar para evitar sus ataques. Pero quizás lo más impactante es el desprecio y abuso de la mujer. El femicidio al que se refiere el título del libro es sacrificio de la mujer mediante ritos sexuales. Esto es, en el acto sexual el gurú eleva a la mujer a diosa, la sacrifica simbólicamente absorbiendo su energía en reconocimiento de su propia divinidad. Lo que explica por qué las deidades budistas e hindúes parecen hermafroditas. Y eso ni siquiera es lo peor.
Tinieblas Tibetanas expone la verdad sobre esta religión que ha cautivado a millones de personas en todo el mundo. Es un trabajo de investigación bien documentado con más de 1.300 citas bibliográficas, además de algunos testimoniales. Hay diferentes formas o escuelas de budismo, pero el enfoque del Padre Highton, quien sirvió como misionero en una aldea budista del Himalaya, es el budismo tibetano. También conocido como budismo tántrico, es una tradición yóguica esotérica que se desarrolló en el hinduismo y el budismo. Escribe, El budismo tibetano es una conglomeración de ateísmo metafísico, tétrica idolatría, absurda superstición, ciego clericalismo, orgullosa antropolatría, burdo irracionalismo, demoniaco terror, rigido reglamentarismo, pueril politeísmo, obediencialismo sectario, violaciones rituales, piedad mecánica, satanismo explicito, magia negra, nihilismo integral, misoginia femicida y coprofagia abismal.

Uno de los libros citados por el padre Highton fue, La Sombra del Dalai Lama – Sexualidad, Magia y Política en el Budismo Tibetano, escrito por Herbert y Mariana Rottgen bajo los seudónimos Victor y Victoria Trimondi. Los autores conocieron al Dalai Lama en la década de 1980 y durante un tiempo publicaron sus libros en Europa a través de su editorial. En una entrevista el señor Rottgen dijo lo siguiente: El tantrismo tibetano es una creencia en espíritus y demonios, prácticas sexuales secretas, ocultismo, control mental y una obsesión por el poder. Contrariamente a toda costumbre democrática, el actual Dalai Lama consulta con el oráculo de Nechung, un monje poseído por un dios de la guerra mongol, sobre todas las decisiones estatales importantes.
Durante los últimos 25 años, el Dalai Lama ha realizado silenciosamente el Kalachakra Tantra (“La Rueda del Tiempo”), la más alta de todas las iniciaciones tántricas antiguas para decenas de miles de novicios espirituales en Occidente; introduciendo ideología tántrica, prácticas sexuales secretas y rituales mágicos integrados en el contexto de su cosmovisión político-religiosa. Se han alzado voces críticas, mientras continúa transmitiendo en secreto la visión profética del Kalachakra sobre el establecimiento de una Budhocracia universal (Shambhala) en la que el poder espiritual y el mundano se unan en una sola persona, el “emperador mundial” (Chakravartin), en el que otras religiones ya no existirá. Está claro que el budismo no es una religión de paz. Es un culto en busca del poder sobre sus seguidores y, de ser posible, el mundo.
Aun dejando todo esto de lado, es realmente difícil comprender cual es el atractivo de Buda y sus enseñanzas. Era un hombre insatisfecho con su vida, y como no, huerfano de madre, sobreprotegido por su padre y aislado de la realidad. Sin embargo, eso no queria decir que la vida era una ilusión. Abandonó a su mujer y a su hijo recién nacido para dedicar su vida a la auto reflexión, pero no lo hizo por amor a ellos ni al mundo. Lo hizo por un total egoísmo. Él no quería sufrir, le importó poco el sufrimiento de su mujer, hijo y padre. Su visión de la vida era totalmente negativa, en la impermanencia, es decir, que todo está sujeto al cambio, la decadencia y la muerte. No tuvo ningún aprecio por la vida. ¿Qué clase de sabiduría es esa?
Por otra parte, el concepto de nirvana es bastante ingenioso. Ante la pregunta, cómo puedo saber si alguien ha alcanzado la iluminación y el nirvana, un monje tibetano contestó que no es posible saberlo a menos que también haya alcanzado la iluminación y el nirvana. Dicho de otro modo, entre gitanos no se lee la mano. Ni modo que diga que sí ha alcanzado la iluminación y el nirvana porque entonces sale a relucir que si tiene intacto su ego. Además, si la meditación sirve para desconectarse de todo, desprenderse del cuerpo y todo lo que rodea, ¿por qué lo recomiendan los psicólogos? La despersonalización es una sensación de no estar conectado al cuerpo y es un trastorno. Así como también lo es la desrealización, que es la sensación de que nada es real. Entonces, antes de creer en Buda como un iluminado, quizás sería más sabio cuestionar si no era un enfermo mental. Si es que realmente vivió, porque ya han pasado 2500 años y todavía no hay evidencia contundente de que haya existido.
Se entiende que la gente secular, agnóstica o atea sean atraídos por el budismo. Es la religión perfecta para los ambivalentes y sus seguidores tienen permiso amplio para la autocomplacencia, el egoísmo, la humildad y la espiritualidad falsa. Pero, por qué los cristianos, ya sean católicos o protestantes, no ven nada malo en participar en las prácticas budistas. Compran mandalas para que sus hijos los coloreen, asisten a clases de yoga y alinean sus chakras como medio de curación. Son instrumentos para sus rituales. El mandala se usa para que los participantes adoren a los demonios que habita allí, y el yoga es para unir al practicante con un dios/demonio. Es gnosticismo puro. Una doctrina de demonios que proviene de las antiguas religiones místicas antiguas de la Babilonia.
Finalmente, ¿cuándo has sabido que un budista que haya ido a una iglesia cristiana, ya sea católica o protestante? ¿hizo la señal de la cruz, comulgó, o haya colgado una cruz en la pared de su casa o rezado el Padrenuestro? Ellos son fieles a sus dioses/demonios. ¿Y tu?
Excelente articulo, como siempre, muchas gracias.
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Muchas gracias por sus amables palabras. Siempre son alentadoras. Bendiciones!!
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