Existe una idea errónea de que el judaísmo y el sionismo son lo mismo. El judaísmo es una raza y una religión. El sionismo es un movimiento político y filosófico centrado en restablecer a Israel como una nación judía. Sin embargo, no todos los judíos son sionistas, ni todos los sionistas son judíos. Muchos evangélicos también apoyan esta idea en la creencia de que aquellos que bendicen a Israel también serán bendecidos como dice en la Biblia. Los judíos religiosos que siguen la Torá, en cambio, se distinguen de los sionistas. Para ellos, el sionismo es la transformación de una religión al nacionalismo.
Señalan que la Torá prohíbe a los judíos establecer una nación. Fueron exiliados de la tierra prometida por su infidelidad a Dios y no podrán volver hasta la llegada del Mesías. Aclaran que no tienen derecho a tomar la tierra de los palestinos. Siendo así, ¿por qué es que a quienes se oponen al sionismo se les llama antisemitas? ¿Por qué los cristianos, que leen los mismos cinco libros de la Biblia que componen la Torá, apoyan al sionismo tanto filosófica como financieramente? ¿Cómo empezó el movimiento sionista, y por qué es tan importante?

Sabbatai Sevi era un hombre judío nacido en lo que hoy es Turquía. Estudio para ser rabino, se convirtió en un erudito del talmud y la cultura judía. También estudió la cábala. Comenzó a predicar que él era el mesías y prometió a sus seguidores que se revelaría en 1666. Tomaría su lugar como el Mesías del mundo, y gobernaría desde Jerusalén. Sin embargo, fue arrestado por el gobierno otomano y encarcelado. Se le dio la opción de convertirse al islam o ser ejecutado. Sevi optó por la conversión y a partir de entonces vistió la ropa de un musulmán. Esta y otras apostasías cometidas por Sevi fueron explicadas por su profeta Natán de Gaza como una prueba para ver quién permanecería fiel.

Cincuenta años más tarde, Jacob Frank se declaró como la encarnación de Sevi, y el mesías viviente de todos los judíos. A sus seguidores los llamó los zoharistas en honor al Zohar, el libro central de la cábala. Proclamó que las leyes del Antiguo Testamento no eran buenas. Declaró la guerra a toda sociedad, a todo reino, a toda ley existente, y a toda bondad en la tierra. Aseguraba que había venido a la tierra para a hacer lo que nadie más había podido hacer. La creencia cabalística es que el pecado traerá redención, y el Mesías viviría la vida más pecaminosa posible, degradándose hasta la apostasía. Sevi estaba loco, pero Frank era un demonio.

En 1776, Adam Weishaupt formó la Orden Secreta de los Iluminati de Baviera, cuyo objetivo principal era derrocar gobiernos y destruir el cristianismo. Weishaupt quería, “inmanentizar el escaton”, lo cual significa que quería crear el cielo en la tierra. O, en otras palabras, crear condiciones utópicas. La Orden Secreta fue descubierta, Weishaupt fue arrestado y el gobierno bávaro disolvió el grupo. Sin embargo, nunca desaparecieron. Infiltraron en la masonería para reclutar a miembros de alto nivel en posiciones de influencia para difundir la ideología Iluminista por toda Europa y el mundo. Según el libro World Revolution, the Plot Against Civilization, de Nesta H. Webster, de las 282 logias masónicas en Francia, 266 de ellas estaban controladas por los Iluminati.
Mayer Amschel Rothschild aprendió sobre las finanzas y los préstamos de dinero en la tienda de monedas de su padre en Frankfort, Alemania. Tras la muerte de su padre, Mayer trabajó en un banco de Hanover. Cuando regresó a Frankfort en 1763, compró la tienda que había sido a su padre. Cambió el apellido familiar de Bauer a Rothschild en referencia al escudo rojo que colgaba sobre la tienda, dando origen a la Casa de Rothschild. Tuvo cinco hijos, Amschel, Salomon, Nathan, Carl y Jacob, quienes convirtieron la Casa de Rothschild en la institución bancaria más rica y poderosa de los siglos IXX y XX.

En Hanover, Mayer había aprendido que prestar dinero a los gobiernos era más lucrativo que los préstamos personales. Eran mucho mayores y podían cobrar una tasa de interés más alta. Sin embargo, prestar dinero a reyes y gobernantes era arriesgado. Si se negaban a pagar, el prestamista podría acabar en la quiebra. La mejor manera de garantizar los prestamos era tomar control del dinero de la nación estableciendo bancos centrales. Esto es, instituciones de propiedad privada con derecho exclusivo del suministro del dinero que, a su vez, les daba un control tremendo sobre las políticas de la nación. Para dar la apariencia de ser instituciones públicas, se les daba nombres engañosos, como Banco de Inglaterra, o la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Lo más conveniente para el prestamista era mantener una nación endeudada. La mejor manera de mantener a una nación endeudada era la guerra, aun cuando significaba financiar a los enemigos de dicha nación. Si no tenia, se le creaba uno. Se ingeniaban revoluciones. Desde finales del siglo XVIII hasta principios del siglo XX, hubo una época de revoluciones que se llevaron a cabo en Europa y América del Sur. Entre estas, la Revolución Francesa fue la más sangrienta. Weishaupt, persona importante en la Gran Logia de Francia, fue instrumental en la organización de la revolución y agente principal de Rothschild.
La Revolución Francesa comenzó con reclamos de Libertad, Fraternidad e Igualdad y el fin de la tiranía. Discípulos de los Iluminati, y precursores de los comunistas, tomó control el gobierno jacobino al mando de Robespierre, un tirano y asesino. Construyeron la guillotina para hacer más eficiente la ejecución. Se introdujeron tribunales revolucionarios y el perverso marqués de Sade fue sacado del manicomio para presidir como uno de los jueces. Sin embargo, la mayoría de las personas eran ejecutadas sin juicio. Arrasaron aldeas, tiraron iglesias y castillos, y dejaron destrucción por dondequiera.
En siglos anteriores, los judíos se habían enfrentado a restricciones civiles, legales, educativos, y laborales. Se les obligaba a pagar cuotas especiales y con frecuencia se les prohibía practicar su religión. No se les permitía votar y a menudo tenían que hacer juramentos especiales. Sólo se les permitía vivir en determinadas zonas, comúnmente conocidas como guetos. No eran considerados como ciudadanos. Durante la Era de la Iluminación, la actitud hacía los judíos comenzó a cambiar. Inicio un proceso de emancipación judía con el cual se propuso liberar a los judíos de tales restricciones y darles mayor libertad religiosa. Pero eso terminó con la Revolución Francesa.
Mientras que la mayoría de los historiadores afirman que los judíos se beneficiaron de la Revolución Francesa, otros afirman lo contrario. Los conflictos fueron iniciados y financiados por judíos iluministas cuyo objetivo era lograr control sobre Europa y, eventualmente, el mundo. Engañaron a la población judía campesina e ineducada para que participara en la revolución. El cambio de actitud hacia los judíos producido durante la Iluminación fue reemplazad por la desconfianza y el coraje.

El padre del sionismo fue Theodor Herzl, una figura bastante curiosa. Era un judío secular más en sintonía con la sociedad alemana que los problemas de los judíos. Desde su juventud, mantuvo algunas de las mismas opiniones estereotipadas que eran comunes en la sociedad europea. Estaba particularmente disgustado por la falta de sofisticación y educación entre los judíos. Durante un tiempo, consideró convertirse al cristianismo y se sabe que, al menos en una ocasión, llegó a celebrar la navidad con sus hijos. ¿Cómo es que un hombre que ni siquiera conocía bien la historia de los judíos se convirtiera en un icono del sionismo?
Por largo tiempo, se creyó que la motivación detrás de su floreciente sionismo era el asunto Dreyfus. El caso de un capitán del ejército francés, y único judío, acusado de revelar secretos militares a los alemanes. Fue juzgado y condenado a cadena perpetua en la Isla del Diablo. La mayoría de la gente, incluyendo Herzl, lo creían culpable. Dos años después, se descubrió que había sido injustamente incriminado y fue liberado de la prisión. Sin embargo, como después señalaron los biógrafos de Herzl, no hubo ninguna mención significativa del asunto en sus numerosos diarios.
Lo que realmente lo motivó fueron las actitudes antisemitas y maltrato hacía los judíos, no sólo en París, sino en toda Europa. En 1881, el zar Alejandro II de Rusia fue asesinado lo cual fue seguido por ataques violentos que causaron la muerte a cientos de judíos, además de la destrucción de sus propiedades y el saqueo de sus bienes. Los más afectados fueron judíos que no tenían nada que ver con las asechanzas de los judíos Iluministas. Diez años más tarde, Herzl fue enviado como corresponsal a Paris para un periódico vienés. Estando allí, empezó a temer por su futuro, y sobre todo el futuro de sus hijos, por el hecho de ser judío. Inicialmente decidió escribir un libro sobre el tema, pero eso se convirtió en un plan de rescate al que dedicó los siguientes nueve años de su vida.
La primera persona a la que se acercó con su plan fue Maurice von Hirsch. Un rico judío bávaro que había patrocinado la emigración de seis mil judíos a Argentina donde establecieron colonias. Creía que los judíos debían mantener un perfil bajo y establecer colonias donde pudieran vivir en paz. Murió antes de que pudiera ser convencido de lo contrario. Lo que Herzl quería era establecer una nación. Para él, el antisemitismo era una cuestión nacional que sólo podía ser resuelto haciéndolo una cuestión mundial. Con el apoyo de judíos alrededor del mundo, creía lograr comprar una tierra para los judíos. Lo único que faltaba era el dinero.
Hubo muchos que se opusieron al plan de Herzl. Algunos por motivos religiosos. Sin embargo, a pesar de todos los obstáculos, celebró seis congresos judíos. El primero se celebró en 1897 en Basilea, Suiza, al que asistieron cientos de judíos de veinte países. Sugirió Argentina, Chipre y Uganda como posibles patrias para los judíos. Sin embargo, sus partidarios dejaron en claro que Palestina era la única opción, sobre todo por Jerusalén. Ya lo había considerado, pero creía que estaba demasiado cerca a Europa y demasiado fácil de atacar. Herzl no era un hombre religioso, por lo que parece que su objetivo principal, si no es que único, era encontrar un lugar seguro.
Herzl negoció, entre otros, con reyes, ministros e incluso con el Papa. También negoció con el entonces sultán del Imperio Otomano por la compra de Palestina. Sin embargo, el sultán dejó claro que Jerusalén nunca podría formar parte de la venta. Se reunió con los Rothschild de Londres y París, y otros millonarios judíos, durante varios años en busca de apoyo financiero, pero sin Jerusalén, no estaban interesados. Herzl consideraba a Uganda como una posibilidad, pero provocó una ruptura entre sus seguidores. Para entonces, padecía una afección cardiaca.
A pesar de todos sus esfuerzos y dedicación, Herzl nunca realizó su sueño de un hogar para los judíos. Murió en 1904 a la edad de 44 años. Sus biógrafos lo describen como alguien que deseaba la grandeza desde su infancia. Después del primer congreso escribió en su diario, “En Basilea fundé el Estado judío. Si hoy dijera esto en voz alta, sería recibido por la risa universal. Quizás dentro de cinco años, y ciertamente dentro de cincuenta años, todo el mundo lo percibirá”. Cuarenta y nueve años después, en 1948, fue creado el estado de Israel.
Obviamente, la historia no termina aquí. todavía falta recorrer los acontecimientos del siglo XX y el actual. Eso se dejará para una tercera parte. Pero por lo pronto, hay que seguir con los comentarios que no se incluyeron en la narración por no perder la secuencia.
Hay que tener en cuenta que, aunque el Manifiesto Comunista fue escrito más de cien años después de la fundación de la Orden Secreta de los Iluminati, sostenían los mismos principios. Karl Marx era un judío que odiaba a los judíos. Es evidente que lo mismo era cierto para Weishaupt, Rothschild, los jacobinos y todos los demás que obviamente no tuvieron problema alguno en sacrificar judíos para sus propios fines. Los explotaron para lograr su objetivo.
Un ejemplo moderno de ese tipo de explotación sería la cuestión transgénero. Los derechos de una pequeña minoría se utilizan como excusa para imponer una ideología y controlar a la población en general. Si esa minoría es dañada en el proceso, ni modo. Pero ¿cómo es posible que personas aparentemente cuerdas acepten tal locura? Temor, ignorancia, propaganda, provecho, engaño, adoctrinamiento, etcétera. Las razones de hoy son las mismas razones de antes. En el caso de los judíos, la historia es mucha más larga y complicada.
Tal parece como si la historia de los judíos, desde principios de la temprana era moderna hasta hoy, fuera la inversión de la historia bíblica. Dios le dio la Tierra Prometida al Pueblo de Israel siempre que le fueran fieles. Cuando dejaron de ser fieles, precisamente por seguir a otros dioses, fueron exiliados. ¿Será que quienes adoran a otros dioses quieren regresar a la Tierra Prometida para profanar la palabra de Dios? ¿Para hacer del nuevo Israel exactamente lo opuesto al Israel de la Biblia? Sólo Dios sabe, pero el que es creyente espera la victoria de la segunda venida.
Por último, cabe preguntarse por qué Theodore Herzl fue nombrado padre del sionismo. Claramente no era un sionista en el sentido del regreso a Tierra Santa. ¿Por qué los Rothschild se molestaron en tratar con él durante varios años? Al parecer nunca tuvieron la intención de ofrecerle su apoyo. ¿Era realmente tan importante para el sionismo o es simplemente una buena historia que cubre la verdad? Herzl parece haber sido un hombre sincero, pero ingenuo, que trataba con lobos.