Un lector dejó el siguiente comentario en la entrada de Los Hijos de Marx:  “Soy padre de 3 y recién inscribí a mis hijos a una escuela privada en donde para mi sorpresa y a pesar que me aseguraron que no usarían los libros gratuitos de texto de la SEP (México), están usando otra opción (Knotion) que es igual o peor que la primera… Tuvimos una entrevista con la coordinadora de Primaria y nos prometieron que omitirían ciertos contenidos no aptos para menores, (tanto vulgares como a destiempo para los niños) pero en la práctica no lo hicieron. En tu trabajo explicas que también la Iglesia Católica y demás ramificaciones lo han aceptado, cosa que jamás me imaginé, pensando que en esta escuela de personal docente Adventista usarían su criterio y discernimiento. Creo que la única solución para que esta agenda no avance, sería votar por un candidato libertario y ajeno a estos planes satánicos… Bendiciones.”

Como dice la página de Knotion, son embajadores globales y, por ende, esclavos de la Agenda 2030. Lo cual significa que el material didáctico que proporcionan a las escuelas será el que la ONU, o la WEF (FEM), determinan que deben aprender los estudiantes. Los deseos y valores de los padres les importa un bledo.

Desafortunadamente, aquellos padres que eligen una escuela privada, quizás con alguna afiliación religiosa, encontrarán que eso no les asegura la buena educación ni la protección de sus hijos. Ya prácticamente todas las iglesias han aceptado una postura de inclusión y diversidad, demostrando que son más fieles a la ONU y la WEF que a Dios. Si las iglesias no defienden al pueblo, los gobiernos menos. En algunos países se han aprobado leyes que obligan a los niños a asistir a clases con agendas LBTQA+, les guste a los padres o no, y va de mal en peor.

En la historia bíblica, Dios le dice a Abraham: “El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su pecado es tan grave que descenderé y veré si lo que han hecho es tan malo como el clamor que ha venido a mí. Si no, lo sabré“. Entonces Abraham comienza a negociar con el Señor, preguntando si no perdonará a la ciudad por 50 personas justas, a lo que el Señor accede. Pero Abraham continúa negociando con Dios hasta que acepta perdonar a la ciudad por sólo diez justos.           

Por la tarde, dos ángeles enviados por Dios llegaron a las puertas de la ciudad donde se encontraron con Lot, el primo de Abraham. Los invitó a su casa, pero dijeron que se quedarían en el centro del pueblo. Lot les suplicó con tanta vehemencia que aceptaron seguirlo. Cuando estaban a punto de acostarse, los hombres de la ciudad, jóvenes y viejos, llegaron a la casa de Lot. Le pidieron que les entregara a los dos visitantes para tener relaciones sexuales con ellos. Lot les rogó que desistieran de sus malas intenciones e incluso les ofreció a sus dos hijas vírgenes, pero fue en vano. Amenazándolo con peores tratos, se acercaron a la puerta para derribarla.

Los dos ángeles metieron a Lot a la casa y cerraron la puerta, cegando a todos los hombres que estaban afuera. Le dijeron a Lot que se fuera de la ciudad porque el Señor los había enviado a destruir la ciudad. Cuando Lot dudó, lo tomaron de la mano y, junto con sus hijas y su esposa, los condujeron hacia la salida. Les dijeron que se dieran prisa y que no miraran hacía atrás. Mientras huían, la esposa de Lot se volvió para ver la ciudad y se convirtió en una estatua de sal. Lot y sus hijas siguieron su camino y cuando estaban a salvo, Dios comenzó a hacer llover azufre del cielo sobre el lugar malvado. Al día siguiente, cuando Abraham miró hacia Sodoma y Gomorra, lo único que vio fue el humo que se elevaba de las ruinas. ¿Dónde está ese clamor ahora?

Nada de esto fue una progresión natural de acontecimientos. Fue planeado. Todo lo que está sucediendo es un medio para lograr un fin. Someter a todo el mundo bajo su control, tal y como lo han venido diciendo que harían desde hace más dos siglos. ¿No está claro que la única razón por la que han tenido éxito hasta ahora es porque nadie se les opone? Al menos, no de una forma que realmente pudiera marcar una diferencia. Se puede protestar hasta que te canses, pero las protestas caen en oídos sordos y siguen haciendo de las suyas.

Algunos sugieren votar fuera a los políticos corruptos y lambiscones de la ONU y la WEF. Otros sugieren no votar. Ninguno de los dos sirve en realidad. Si echan fuera a un corrupto, ponen a otro. Si dejas de votar, igual pondrán al candidato de su elección. Tienen toda la paciencia del mundo porque saben que el pueblo tarde que temprano se cansará de protestar. Sólo necesitarán meterles un poco de miedo. Ya sea con una pandemia interminable o la aparición de alienígenas que, curiosamente, surgió ahora que está resultando más difícil negar los efectos nocivos de la vacuna.

Hay que orar, y resistir a toda costa. Hay que cuidar lo que los niños esuchen, vean y crean. Ya no es aceptable quedarse congelado como la esposa de Lot, y desgraciadamente no hay a dónde huir. La alternativa es permitir que tus hijos o nietos sean iniciados en la perversión, y adoctrinados en el culto del temor y la desesperanza. Y si crees que eso no puede suceder, toma en cuenta que la Marxificación de la educación inició en los años 80 y sin tanto descaro. Imagínate veinte años más.

La realidad es que todo esto va mucho más allá de Marx. El sólo fue una herramienta para abrir el mundo a una ideología que existía milenios antes que él naciera. Lo que en realidad están haciendo es abrir la mente y el corazon de los jóvenes a lo satánico. Por eso es tan importante para ellos llevar su mensaje a los niños lo antes posible, y si se salen con la suya, el nivel de perversión será pero que en Sodoma y Gomorra.